6 de septiembre de 2016
Dimensiones del sol
Diámetro: 1.39 millones de km
Gravedad: 28 veces mayor que la terrestre.
Volumen: 1.41 x 1027 m3
Masa: 1.99 x 1030 kg
Diámetro aparente: 31´
Densidad: 1.41 gr/cm3
Temperatura interna: 15 millones K
Temperatura externa: 6050 K
Movimiento de rotacion:
Helio latitud ecuatorial: 26.8 días.
Helio latitud polar: 32 días.
Movimiento de traslación: 250 millones de años al centro de la galaxia.
Gravedad: 28 veces mayor que la terrestre.
Volumen: 1.41 x 1027 m3
Masa: 1.99 x 1030 kg
Diámetro aparente: 31´
Densidad: 1.41 gr/cm3
Temperatura interna: 15 millones K
Temperatura externa: 6050 K
Movimiento de rotacion:
Helio latitud ecuatorial: 26.8 días.
Helio latitud polar: 32 días.
Movimiento de traslación: 250 millones de años al centro de la galaxia.
Teoría Nebular de la Acreción
A principios del silgo XX,
las ideas sobre el origen del sol y los planetas se centraron no solo en los
procesos de formación, sino en la composición química de los astros que
conforman el sistema, principalmente el sol y la tierra.
El contraste entre la composición
química del sol, donde predominan el hidrogeno y el helio, y la tierra, donde
estos elementos son escasos, pero destacan los elementos pesados como el oxígeno,
el carbono, el hidrogeno, el calcio, el sodio, permitió plantear una idea sobre
un proceso diferenciado en la formación de los astros. De este planteamiento surgió
la idea de que el sol se habría formado primero y después, a su alrededor, los
planetas.
Posteriormente, los estudios
demostraron que el espacio interplanetario está formado por una cantidad de
material como polvo, gas y meteoritos que, al igual que todo el sistema, tiene
4600 millones de años, lo cual permite concluir que todos los astros que
conforman el sistema solar se formaron al mismo tiempo.
El principal planteamiento
sobre la formación del sol y los planetas surgió a mediados de la década de los
años 40, cuando se propuso la presencia de una nube de gas y polvo cósmico en
una región de nuestra galaxia cuyo giro y fuerza gravitacional se vieron
perturbados por la onda expansiva de la explosión de una supernova.
La rotación de la nebulosa
aumento considerablemente, provocando a su vez la contracción gravitacional de
la materia nebular que adquirió la forma de un disco, en el cual se encontraban
materiales refractarios (aportados por el material residual de la supernova),
elementos pesados que no se volatizan al aumentar la temperatura y, no
refractarios, elementos ligeros que se volatizan fácilmente.
La mayor parte de la materia
de la nebulosa se precipito hacia el centro, constituyendo un núcleo en el que
predomino el hidrogeno y helio; este núcleo se denomina protosol porque aún no
liberaba energía.
De forma simultánea, en las
regiones externas del disco nebular se formaron otros pequeños núcleos por un
proceso de acreción, el cual consiste en el impacto de partículas de polvo y
gas que se incorporan a otras incrementando su masa y más materia. Los
protoplanetas se formaron con un núcleo de material refractario y de una
atmosfera de materiales no refractarios de gran tamaño, aunque muy inferiores
al protosol, limpiando el espacio de polvo y hielo.
Se deben considerar dos
aspectos fundamentales: la diferenciación entre los planetas y el sol y la
diferencia misma entre los planetas interiores parecidos a la tierra y los
planetas exteriores parecidos al sol.
Por la gran cantidad de
materia que se acrecentó en el centro de la nube, las condiciones de atracción gravitacional
y la elevada densidad, se originó el roce de los átomos y con ello la fusión nuclear
que dio origen a la liberación de energía, surgiendo así la estrella a la que
llamamos sol. Esta energía fue emitida al espacio como un vigoroso viento de partículas
y radiación que se dispersó en torno a ella.
Los protoplanetas más
distantes al centro de la nube se constituyeron de mayor cantidad de material
ya que la fuerza gravitacional del protosol en esa zona era menor; los
protoplanetas más próximos formados principalmente de material refractario,
fueron afectados por esa misma fuerza con mayor intensidad, por esa razón presentaron
menor cantidad de material.
La estrella emitió la radiación
y el efecto del viento solar volatizo la atmosfera de los protoplanetas; los más
afectados fueron los próximos que quedaron sin ella, exponiendo hacia el
espacio frio y los núcleos rocosos. Las atmosferas actuales se formarían por la
condensación de los gases emitidos por el enfriamiento de sus cortezas. La materia
remanente de la nebulosa formo los cometas y meteoritos que se encuentran aun
de manera dispersa en torno al sol.
La tierra tiene polvo de
estrellas, el cual ha evolucionado a lo largo de 4500 millones de años
permitiendo que en nuestro planeta, gracias a la influencia del sol, se
desarrolle la vida vegetal, animal y humana.
Origen del sistema solar
El universo se formó a
partir de una violenta explosión hace 15 000 millones de años. El material
original fue expandiéndose velozmente y, poco a poco, se fue enfriando formando
nubes de gas de grandes proporciones; por la fuerza de atracción gravitacional
se constituyeron las galaxias, en los primeros 3000 a 5000 millones de años después
de la gran explosión. Posteriormente se formarían estrellas en las galaxias.
Las estrellas están compuestas
por grandes masas de hidrogeno y helio, y aunque parecen todas iguales no lo
son. Algunas evolucionan rápidamente al tener una mayor cantidad de masa y en
ellas existen elementos más pesados que el hidrogeno y el helio, como el
carbono, el oxígeno, el nitrógeno y el hierro, entre otros.
Cuando las estrellas llegan
a un estado de evolución donde la estabilidad interna entre la temperatura y la
presión se rompe, pueden explotar formando una supernova, y la materia de la misma
se expande hacia el espacio en todas direcciones. No todas las estrellas tienen
un final tan violento, otras s e contraen y se hacen pequeñas formando enanas
blancas, como será el caso del sol, aunque esto ocurrirá dentro de 5 mil
millones de años aproximadamente.
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